Ya en el Antiguo Egipto los médicos eran capaces de reconocer la importancia de una buena alimentación para la salud y entendían que de alguna forma la salud y la comida estaban relacionadas.
Incluso algunos griegos como el famoso médico Hipócrates decía aquello de «Que la comida sea tu alimento y el alimento sea tu medicina”.
Durante mucho tiempo no se sabía con certeza qué pasaba con la comida después de ingerirla y tampoco se sabía la razón por la que necesitábamos alimentarnos. Durante mucho tiempo hubo teorías de todo tipo como que la comida nos salía por el sudor…
Hubo que esperar hasta 1770 a que Antoine Lavoissier, considerado el Padre de la Nutrición, descubriera de qué iba eso del metabolismo, demostrando que la oxidación de los alimentos era la fuente del calor corporal.
Lavoisier llegó a la conclusión de que los nutrientes del alimento pasaban por un proceso de combustión dentro del cuerpo y que la nutrición era en definitiva una combustión.
En 1794 durante la Revolución Francesa, Lavoisier murió en la guillotina.
Triste final para alguien que aportó tanto conocimiento, ¿no crees?
Espero que hayas disfrutado de esta lectura una noche más en “NUNCA TE ACOSTARÁS SIN SABER UNA COSA MÁS”.
Ahora a descansar y a dormir prontito que el alimento es muy importante, pero el descanso también es otro pilar que no debemos olvidar.
Bea
