Instinto de supervivencia

¿Te has preguntado alguna vez por qué razón los bebés al principio suelen rechazar los sabores amargos?

Pues hay varias razones.

Algunas muy condicionadas al entorno que les rodea y fomenta su preferencia por los sabores dulces. Ainsss ese empeño que tenemos en poner galletas maría a los bebés hasta en la sopa…(bueno ese es otro tema y me desvío).

Pero también hay otras razones que son innatas en el ser humano y que se deben simplemente al más puro instinto de supervivencia.

Y es que los sabores amargos en la naturaleza están muy relacionados con las sustancias venenosas. Seguro que gracias a ese mecanismo más de un hombre prehistórico se libró de una buena intoxicación…

Y luego tenemos también una simple razón de calorías. ¿Qué alimentos tienen menos calorías? Las verduras ¿verdad? Y el sabor de éstas suele ser amargo, ¿no?

Pues ahí lo tienes. Blanco y en botella.

Instinto de supervivencia otra vez.

Soy un bebé. Déjate de historias. Necesito multiplicar mi tamaño. Necesito calorías!! (y nutrientes, ojo!)

Y por último y para terminar. Soy un bebé y en mis únicos 6 meses de vida solo he probado leche. No conozco otro sabor. Por lo que es totalmente lógico que acepte más fácilmente un sabor dulce que uno amargo.

Peeeerooooo todo esto no significa que porque exista una preferencia innata a los sabores dulces, haya que evitar verduras y otros alimentos con sabores más «difíciles».

¡Precisamente al contrario!

Insiste sin forzar.

Ponles verduras en todas las comidas.

Crea ese hábito que les acompañe de por vida.